“La enfermedad es una evidencia de conflicto, una demostración de que una parte del ser no está en armonía, pero así como nos enfermamos por la repetición crítica pensamiento-emoción, también existe la de sanarnos a través del autoconocimiento”.

 

El mensaje es de Magaly Arcila Amadio, una colombiana residenciada desde hace una década en Barcelona (España), quien después de una larga búsqueda personal en los caminos de la conciencia, creó la Escuela de Descodificación Holística para enseñar que el arte de vivir es aprender a superar las causas emocionales que desatan los dilemas de la salud.

 

Un camino de conocimiento que emprendió hace más de 30 años, cuando después de alternar entre el teatro y la administración en procura de labrar su destino, viajó al suroriente del Perú y encontró su primera razón de vida.

 

En la selva alta de Quillabamba, entre el saber de los chamanes y las leyendas incas, rodeada de pobreza y abandono, decidió crear un orfanato para auxiliar a muchos niños acosados por el maltrato o el hambre. Fueron varios años en los que también aprendió cómo ser congruente con las ideas de ayuda social y compromiso con la gente que había profesado en su primera juventud.

 

A finales de los años 80, cuando constató que no había forma de seguirle pidiendo a los pobres que financiaran sus proyectos de vida, y que tanto el Estado como la guerrilla no eran más que discurso para justificar su guerra, concluyó que su tiempo en Perú había concluido.

 

Con dos niños adoptados junto a su esposo francés, y uno más con el que ella había llegado de Colombia, partió rumbo a Europa. Se instaló en Montpellier, empezó a estudiar psicología, luego se interesó por el reiki, siguió con los métodos de Gestalt, le sumó astrología y en esa brega por indagar en el alma, se volvió terapeuta natural.